El Buda Tara es una diosa importante en el budismo y representa la compasión, la paz y la sabiduría iluminadora. El nombre de Tara significa estrella, salvadora o «la que trae la liberación». Según los creyentes, tiene veintiuna apariencias, entre ellas la blanca y la verde. Para el pueblo tibetano, el Buda Tara tiene un significado como madre de todos los seres, a la que se puede invocar con un mandala especial o con el mantra Om Tare Tuttare Ture Soham.
Según la leyenda budista, Tara surgió de las lágrimas de un alma sabia, el bodhisattva Availokaitesvara o Chenrezig. Su compasión era tan grande que creó un lago de dolor en el que creció una hermosa flor de loto. Esta era Tara. Más tarde se convertiría en su esposa. Durante una de sus vidas, Tara prometió permanecer siempre encarnada como mujer, para que no sólo los hombres pudieran alcanzar la iluminación. ¡Muy feminista!
El Buda Tara suele tener siete ojos, que se encuentran en la cabeza, las manos y los pies, y sostiene una flor de loto, el signo de la sabiduría. Tara Blanca se sienta en un trono como una reina piadosa, mientras que Tara Verde representa a una joven dinámica que puede acudir al rescate en cualquier momento.
Tara Blanca es venerada por la mayoría de la gente como una bodhisattva del silencio interior, la curación y la larga vida. Su forma verde tiene una energía ligeramente más activa y, por lo tanto, puede ayudar en asuntos que requieren intuición y decisión. La mayoría de las personas invocan a Tara para retos como una mudanza, un embarazo o un nuevo trabajo.
Tara y otras estatuas espirituales en Spiru
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