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Grabado con la hermosa imagen de Tara Blanca en el interior.
Pide las baquetas de los cuencos tibetanos por separado.
El diámetro mencionado es una indicación. Los cuencos están hechos a mano, por lo que el diámetro puede variar.
Cuenco cantante hecho a mano con cobre, estaño y 8 metales preciosos (Ag, Ni, Cd, Ru, Pd, Pt, Cr, Mn).
Este cuenco tibetano bellamente grabado se utiliza para la purificación ritual de las circunstancias y condiciones personales, pero también para la purificación de los aspectos planetarios con la ayuda del Buda femenino Tara Blanca, que está grabado como imagen en el fondo del cuenco. Mediante el poder de la visualización y la recitación de mantras de Tara Blanca se puede lograr una profunda purificación, tanto individual como universal. El mantra de Tara Blanca es: OM TARE TURE MAMA AYUR PUNYE GYANA PUSHTIN KURUYE SOHAM. Por supuesto, la escala también puede utilizarse de la forma en que estás acostumbrado a trabajar con el sonido.
La fabricación de cuencos tibetanos martilleados es un proceso completamente manual. Cada cuenco tibetano se martillea cuidadosamente para darle la forma adecuada, pasando por varias etapas para obtener la forma correcta y un tono puro. En este proceso, primero se funden en un horno los distintos metales (cobre, estaño, hierro, plomo, oro y plata), en función de lo que requiera el producto final (cobre y estaño = bronce) son los ingredientes principales, para los cuencos de bronce, con porcentajes muy pequeños de los otros metales para los cuencos de siete metales. A continuación, el metal fundido se saca del horno y se vierte en un molde, tras lo cual se corta en discos de distintos diámetros y grosores para su posterior procesamiento. A continuación, los discos se martillean a mano para darles la forma y el tamaño deseados, tras medirlos con precisión y clasificarlos por peso. Primero se colocan unos cinco discos uno encima de otro y se calientan en el horno al rojo vivo, tras lo cual se martillean uno a uno en forma de cuenco utilizando un molde. Los artesanos expertos sólo pueden hacerlo cuando el metal está al rojo vivo, porque si se enfría demasiado, se vuelve quebradizo y puede desarrollar grietas, haciendo que el cuenco quede inservible. Una vez que los cuencos tienen su forma aproximada, comienza el fino proceso de acabado. En esta etapa, cada cuenco adquiere su propia forma y tamaño, y de nuevo hay que martillear mucho y fino, por lo que hay que volver a calentar el cuenco al rojo vivo para conseguir exactamente la forma y el sonido adecuados. Después, los cuencos se lijan y pulen individualmente por fuera y por dentro, y si es necesario se cincelan para darles el toque final.
13 cm
400-600 g
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